Coge mis abrazos, hazlos papel. Son tan ligeros... Coge mis abrazos y deja que vuelen, obsérvalos batir sus alas. Son como aviones en el cielo, ¿has visto? Quiero un avión de abrazos. Pero no de cualquier persona, quiero que sean tuyos. Son terapéuticos. Hacen que mi corazón sane, y esa es la mejor medicina que el mundo podrá ver.
Tacto.
Es tan profundo ese sentido. Hace que todo en mi se libere, hace que tu te adentres en mi. Es tan profundo.
Quería hacer que vieras mis sentidos y que fueras parte de ellos, que me ayudaras a despertarme, que me hicieras cosquillas, caricias, quiero que me pongas la piel de gallina, que me salgan manchitas en la piel , lunares, que me des calambres.
Quiero sentirlo todo.
¿Por qué no vienes y me haces ver lo invisible? Ver los troncos y los bosques de tus ojos, la arena y el mar que es tu piel, el carbón de tu pelo. Quiero analizar cada montaña de tu iris, cada túnel sin fondo. Todos los días. Y si fallo alguno, perdona, amor, no quise desaprovecharte nunca.
Ven y deja que te vea, que te observe, que te investigue. Quiero contar todos los defectos y convertirlos en confeti.
Te degustaré, ¡y vaya si lo haré! Saborearé cada centímetro de ti. Sabes a agua, sabes a viento, sabes a tarta. Sabes dulce, porque eres así. A veces salado, agrio, amargo, pero en el fondo, siempre dulce... Es placer al paladar lo que tú me das y no me quitas, lo que me brindas y no cobras.
Óyeme. Son los susurros que te presto cada noche y que me devuelves cada mañana. Estarás ahí al despertar, y en vez de prepararme el desayuno, yo seré el tuyo. Te dedico palabras de amor, de cariño, de amistad. Te cuento mis cosas, tu me escuchas, eso es lo que necesito de ti (aparte de tus besos).
Y es por eso que extraño tu olor. Cada vez que me abrazas y te vas, son esos segundos de anhelo ante tu aroma. Es tan fuerte, tan tuyo. Quisiera oler así y no echarte nunca de menos. Sentirte en cada momento; mi cerebro te reconocería a mil galaxias de aquí, sabría decir si llevas la colonia que te regaló tu padre o si, simplemente, tu ropa huele a lluvia.
Con esto no quiero decirte otra cosa mas que un 'te necesito', porque es eso lo que hago, necesitarte, en cada momento y, no siempre estás (aunque lo intentas). Las caricias que me diste ayer, hoy sólo son necesidad, y no sabes cuánto la amo -casi tanto, cielo, como a ti-.
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