Vos audita perit; litera scripta manet.

jueves, 30 de diciembre de 2010

Que me roces tú.

Sentir tus manos. Tus manos rodeandome la cintura, rozándome las pierdas, acariciandome la espalda. Sentirte a tí, cerca. Tu aliento sobre mi, tu cálida voz. El bao de tu boca en mis gafas. Que me roces tú, y nadie más que tú. Que me abraces, sentir como mis músculos entran en calor, como me acelera el corazón, y notar el tuyo en mi pecho. Es, esta sensación, sin duda, la que nadie comprende cuando la explico. Esta tan bella, que haría llorar de emoción y felicidad al más hermitaño. Sabes a cuál me refiero. El que te hagan cosquillas en lugares donde no imaginas, que te besen en el cuello y notar que se te eriza la piel. Que te acaricien el cabello hasta en profundo sueño caer, es pues, precioso hasta el infinito.
Quiero sentir esto, aquí, ahora. Sin más demora pues, ya se hace tarde y no quiero sentirme cual conejito con traje en lugar maravilloso. Y no necesito sufrir más, no, gracias, mi taza estube llena hace rato de té amargo.

domingo, 26 de diciembre de 2010

Una llamada perdida.

Es aquella a la que no le prestas atención. Aquella a la que no contestas. No contestas por miedo, por falta de audición, o simplemente, porque no quieres. Una llamada perdida es aquella a la que has decidido no coger, sin contemplaciones. Son aqullas setenta llamadas perdidas que una vez me dejaste. Son aquellas señas de procupación hacia mí. Son aquellas que ya no están, que desaparecieron sin avisar. Que un día, caprichoso aquel, dejaste de llamarme, ni tan si quiera, para despedirte. Ni tan si quiera, para decirme adiós, seguido de un te quise. Querer en pasado, sí, pues ya no es ese verbo un presente contínuo. Y fue hoy, HOY, cuando recibí una llamada perdida. No de tí, no. De mi corazón, aquel que se quedó como el hierro, con miles de capas que no pudiste romper con tu débil, pero camelosa, mente. Aquel que quedó frío, aquel que no me abandonó como muchos. Me envió mil poesías cuando tú estabas, me releyó poemas de Bécquer, me contó demasiados cuentos del tipo La bella y la Bestia, siendo yo, la bestia. Me dedicaba canciones de Los Beatles, sin dedicárselo a otras tontas como yo, y les decía cosas bonitas a las mariposas de mi estómago. Oh, gran corazón y amigo el mío, que no me falla. Oh, pequeño trozo de hierro el que me dejaste. Hoy me llamó. Me dejó un mensaje en el contestador, era otra poesía, pues, gran poeta fue en sus tiempos mozos. Decía así:

-Gran pequeña luchadora, que tanto tiempo llorando estubo,
 Siempre estaré contigo, aunque grandes tempestades sufrí,
 Que tu amigo, como frío, miles de latidos dejó mudos...
 Y que sin tu alegría y amor, corazas de hierro hay en mí.

Oh, pequeño corazón, ¡preocupado por mí estaba!, yo entre lágrimas, ¿qué hacer, sino? decidí ser fuerte (¡qué ironía decirme eso mientras lloro!), pues de valientes es sollozar con la cara descubierta, dijeron así sabios. Será cosa del destino escuchar lo que tu mente dice, pero, ¿quién le hace caso al destino, en estos tiempos? o mejor dicho, ¿qué babuino le hace caso a la mente, por las tempestades de hoy? NADIE. Pues como decían grandes cuentos populares que mi madre me leía de pequeña, las princesas, le hacen caso al corazón. Lástima que no tubiera aires de grandeza. Lástima no tener la sangre azul. Lástima no ser hija de grandes reyes, a pesar de que para mí, siempre fueron los gobernadores de mi persona, y lo más importante, mi cariño. Grandes padres aquellos que me criaron, que me hicieron sentir afortunada de tener gente que me quería, que dieron su vida por darme la mía. Grandes aquellos que me hicieron sentir sirena cuando nadaba en la bañera, ágila cuando me columpiaba, y rana, cuando saltaba a la comba. Pero no me dijeron nada de príncesas, y, ¡mucho menos de príncipes! ¿Qué se supone que es eso? ¿Esa gente que viene, te hechiza, y se va? No lo sé, no soy licenciada en el amor, y mucho menos, tengo libros de aquello a lo que se le llama, 'el más bonito, pero duro sentimiento'. Pero, ¿qué se le va a hacer? Espero tener suficiente valor como para responderle a mi pequeño gran corazón, que no sé si algún día podré ir a la tienda de la esquina a por destornilladores, y así por fín, quitarle la coraza de hierro que un día tú le dejastes. Oh corazon mío, a tí decirte que lo siento, que tú me has ayudado, que no has desaparecido como yo pensaba, que he vuelto. Una vez más, te dejaré una llamada perdida, en un contestador automático, que no sé por qué, hace tiempo que dejó de funcionar.

jueves, 23 de diciembre de 2010

Sueños. Viajes. Cielo.

No os podeis imaginar la de gente que os podeis encontrar en un aeropuerto. De todo tipo. De todas partes. Blancos, negros, asiáticos, bajitos, altos, niños, mujeres, hombres, feos, guapos, del montón... Todos tan diferentes, pero a la vez, tan iguales. Todos tan iguales, pero a la vez, tan diferentes. Ironías. Todo tipo de gente, haciendo cola, para huir de un sitio, dirigirse a otro, reencontrarse con otra persona, o personas. Gente, que está asustada, que no sabe que hacer. Demasiada gente, hace calor. El avion despega, y sientes aquello que se llama cosquilleo en tu interior, aquí, en el estómago. Nervios. Mariposas. Siento la gravedan en mi cuerpo, siento como puedo... casi volar. Ver cómo todo se hace más pequeño, como me introduzco entre las nubes, nubes de algodón. Nubes de colores, rosas, azules, grises, blancas, moradas. Viajes que pocos olvidan, viajes que quisieran ser olvidados, viajes que quedarán en el olvido, o para el recuerdo. Viajes por amor, viajes de ida, que no tendrán vuelta, vueljes de vuelta, que no volverán. Viajes por trabajo, que son detestados. Viajes, viajes, y más viajes. Preciosos. Bello es visitar lo desconocido, olerlo, sentirlo. Pisarlo en primera persona. Sentir el aire pasar por tu cara, azontándote el cabello.
Porque los viajes, son únicos, y cada uno de ellos, es un sueño, un sueño cumplido que se quedará ahí, con nosotros.

lunes, 13 de diciembre de 2010

Dos.

Fue aquel día. El último. Yo estaba allí, contigo, hacía calor. Teníamos tanto calor. Es una de las cosas que más recuerdo. También recuerdo la oscuridad. Una oscuridad con algunos destellos de luz provenientes de las persianas. Una película, una larga película, que revovinaste una, y otra vez. Besos, muchos besos locos, que al parecer, olvidaste. Los dos sabíamos que esto no llegaría a ninguna parte, sí, pero, vivimos el momento como si fuera el último, como si no hubiera mañana. Hubieramos dado la vida el uno por el otro, o, por lo menos, yo sí la hubiera hecho por tí. Cada segundo, cada sonria, cada lágrima, cada pelea, cada beso, cada caricia, fue única, y nunca se repetirán. Nunca. Siempre serás el único que haga que el simple gesto de sonreír haga que me sienta alguien. Alguien en la Tierra. Alguien que existe. Alguien... que te hace sonreír. Eso, es lo que me hace feliz. Verte sonreír. Ver que me miras. Oírte susurrar mi nombre, seguido de un 'te amo'. Sentir como tus manos me rodean la cintura, o un simple beso en la mejilla. Mirarnos hasta tres horas seguidas, y sonreír más todavía. Discutir, para después, reconciliarnos. Tener peleas tontas que me hagan ver quecada vez que estoy contigo, podría ser la última. Cada vez, que cogía tu camiseta, la olía, la sentía, me la ponía... Olía a tí. A tu olor corporal, tan peculiar, tan... tú. Pero, ya no hay 'eso'. Cada vez que veo tu foto, pienso, ¿qué? No me acuerdo de qué se siente al verte. No me acuerdo de nada. No me acuerdo de tus sonrisas falsas. No me acuerdo de tí, de tus pensamientos, de tu comportamiento soez. No me acuerdo de nada relacionado contigo. ¿Qué me pasa? ¿Por qué? No quería eso. No quería que ese sentimiento desapareciese. Era triste, pues se pasaba mal. Pero cada vez que me mirabas, te miraba, sí, pero nada más. Y eso, me inquietaba. Me preocupaba. Me hacía sentir mal. Cuando me pedías un beso, te decía que no, que no tenía ganas, te enfadabas, te besaba, y todo volvía a la normalidad. Pero, ¿es eso acaso, amor? No, para nada.Pero al fin, todo esto acabó. Ya no hay estupideces en mi vida, no hay malos ratos, sólo buenos, cosas que hacen que viva y duerma tranquila. Gracias por abrime los ojos. Te veré en el infierno junto con mi conciencia.

Imaginar que no te has ido.

Quiero pensar que alguna vez me quisistes igual o incluso más de lo que yo te quise a tí. Quiero pensar que fue de verdad, y no una tontería. Pues dicen que el primer amor es el único y verdadero, y que los demás son sólo para olvidar. Pero tal vez lo nuestro no fue amor. Tal vez no hubo nada nuestro. Deberías estar aquí, en momentos como este. Imaginar que estás aquí en cada momento del día. Imaginar que no te has ido. Imaginar que por problemas, no míos, no tuyos, problemas, te tengas que quedar conmigo para siempre. Que no nos podamos separar. Ese tipo de cosas, ya sabes. Pero no sirve de nada imaginarse eso, es como si un pobre imaginara ser rico. Sólo ilusiones, tan solo eso. Meras ilusiones. Ilusiones que de nada sirven.

jueves, 9 de diciembre de 2010

Belleza efímera.

La noche. Bonita situación. Todo completamente oscuro, salvo por algunas farolas de luz ciega, las estrellas, y por supuesto, la Luna. Precioso, ¿no creéis? Pero, no hay estrellas. Ni Luna. Sólo gotas. Gotas de agua, cayendo de las nubes, que por su espesor y color, se camuflan con el negro cielo. Una ventana cerrada. Gotas inmensamente cargadas de agua caen sobre ella. Sobre todo. Ruido. Olores. ¿A quién no le gusta el olor de la lluvia? Ese olor a limpio, a fresco, que te llena los pulmones de oxígeno puro. Ese olor a césped mojado, a tierra empapada. Esa visión de los coches llenos de gotas de agua, repletos, por pequeñas grandes dosis de H2O. Oh, sí. La felicidad de un niño pisando un charco, empapandose, ensuciándose de barro hasta la cabeza, disfrutando uno de los mayores placeres vitales. Esa niña en mitad de la calle, sacando la lengua para atrapan las gotitas de agua que se filtran por su boca. Con los ojos cerrados. Se sienten todas y cada una de las partes donde cada pequeña, gran, gota de agua se posa en nuestra ropa, haciendola así, pesada y húmeda, pudiendonos provocar, debido a la brisa, un resfriado. ¿Y qué? ¿Qué más da moquear uno, dos días, qué más dan los dolores de cabeza momentaneos, qué mas dan los dolores articulares, si se pude disfrutar de la lluvia? La lluvia. No sé de donde viene ese nombre. No sé quién es el chalado que decidió llamar ''lluvia'' a tal proceso natural. No lo sé. Pero sé que acertó. Lluvia. Hermosa palabra, ¿verdad? Concuerda con su significado. Preciosidad en estado puro. Pues, ¿qué es de la lluvia, sin gente saliendo a la calle, para disfrutarla? ¿qué sería de las películas románticas, sin sus bailes bajo la lluvia? ¿qué sería del mar sin fuente de alimento natural? Sí, dicen que la Naturaleza es sabia. Verdad es. No hay mejor inventora, descubridora, que la Naturaleza. Bien es sabido que hay gente que o bien no la utiliza, o que no la sabe utilizar, o que la usa es exceso. Todas las anteriores posibilidades, son erróneas. Obviamente, el ser humano evoluciona. Y necesita de la naturaleza para desarrolarse. Pues no están mal edificios, calles, parques, y alguna que otra ¿por qué no? central nuclear de vez en cuando. Pero todo en su usta medida obviamente. El problema no son estas instalaciones, sino la gente que las usa/desusa. Pues no está bien derramar vertidos tóxicos a un río. Pero tampoco está bien cerrar miles de centrales porque hagan feo al cuadro. Pero no hablamos de eso. Hablamos de lluvia, ¿no es así? Por supuesto, ambos lo sabemos. Lluvia. Cada vez que repito la palabra, me gusta más, ¿no te pasa a tí también? Bueno, tal vez sólo sea agua, pero, es el agua es el estado más hermoso de todos. Es agua volando. Agua cayendo. Desde miles de metros más arriba. Como los paracaidistas. Agua en parapente, ¡qué ironía! Agua cayendo para acabar en un punto, y desaparecer, mezclarse con otras sustancias, y ser impura. Pues dicen que lo bonito es efímero, y no dura para siempre.

lunes, 6 de diciembre de 2010

LJB♥

No me acordaba de este sentimiento. Hacía taaaaaaaaaaaanto tiempo que no lo sentía con mis propias... entrañas. Ah, sentimiento de felicidad, de... alegría. Y es que, no sabes lo que tienes... hasta que lo pierdes. No sabes la de cosas que te has perdido con una persona, hasta que no te das cuenta, hasta que despiertas del sueño, te caes de la cama. Hoy puedo decir, que lloré de felicidad. Que grité, que salté. Que sonreí, puramente, por primera vez en mucho tiempo. Que le dí gracias al cielo, a quién quiera que sea, que ha hecho que una de las personas más importantes de mi vida, haya vuelto de donde nunca se fue. Sólo sé dar las gracias, desde pequeña, fue una de las primeras cosas que me enseñaron a decir mis padres. Hoy, uso esa palabra a diario. Cada vez que me diesen algo, cada vez que me recordasen algo, cada día, siempre, usé es gracias. Pero nunca con tanto amor y sentimiento, como el que te dí a tí hoy, pues fue un GRACIAS POR NO HABERTE IDO DE MI VIDA, gracias por haberte quedado en un sitio de mierda, gracias a tu madre, a tu familia, por haberse quedado aquí, GRACIAS. Sólo me sale esa palabra de mi boca. Gracias también, por ser mi amiga. Por haberme ayudado siempre, por no haber desaparecido cuando los demás lo hicieron. Por no haberme abandonado cuando yo te hice mil y una cosas. Gracias por haberme perdonado. Gracias por saber quererme tal y como soy. Gracias por aguantarme siempre. Gracias por haber confiado en mí. Por todas esas cosas que no se pueden contar. Por todo eso, y mucho más, GRACIAS. Te quiero, y lo sabes, pequeña♥.

Un kilómetro hace que dos personas vivan. Miles, hacen que se separen.

¿Y qué se supone que debería hacer ahora? Se supone que mirar pa' lante. La gente sólo quiere ver a la Lidia feliz, contenta, habladora y risueña. Pero a veces, a esa Lidia, le ocurren cosas. Cosas, que no deberían ocurrirle, pero que suceden, por la vida, por... no lo sé, supongo que es el destino o alguna... cosa de esas. Supongo que suele pasar. Pero yo, ¿donde quedo? Quiero pensar que todo continuará, que las cosas no son tan malas como parecen, pero lo son. ¿Qué haré sin tí? Un kilómetro hace que dos personas vivan. Miles, hacen que se separen. No quiero que eso nos pase. Quédate. Sólo por un tiempo más. Hasta que me haga a la idea. Pero eso es imposible, sería como mentirme a mi misma.

viernes, 3 de diciembre de 2010

Vete a la mierda.

No te culpo, pero... no has tenido en cuenta mis sentimientos. No has valorado NADA de lo que te he dado. Mi amor, mi tiempo... incluso mi salud. Mi familia y mis amigos. Te di todo, sin esperar nada a cambio, eso sé que ha sido culpa mía... Pero... ¿por qué no me has valorado? Tengo que pasar de tí para que vayas detrás de mí. Somos TAN masoquistas. Me da la sensación de que si no hay emoción en una pareja... esta acaba terminando. Quiero creer que no lo hiciste queriendo. Quiero pensar, que me tubiste en cuenta, cuando estabas con otras. Necesito saber.. que jamás te olvidaste de mí. Eso es mentirme a mi misma. No quiero escuchar tus palabras envenenadas, sólo quería ser feliz al lado de una persona, pero mi decepción es tan grande, que sólo necesito una satisfacción: que desaparezcas de mis recuerdos. Aunque creo que eso jamás ocurrirá. Asumiré tu existencia como una más... pero, sólo será eso, una mera existencia. Sin importancia. A eso te he destinado. Puede que yo no valga nada, ¿vale? ya no valgo nada, pero SÉ que valgo más que tú. Y eso es un gran alivio. Espero que te vaya bien en la vida, pero NO con mi vida. Seguramente el tiempo pondrá a cada uno en su lugar, y todas esas putadas que me has hecho, el tiempo, te las va a devolver. Tranquilo. Llegará tu hora. Te voy a dar un consejo, como tú una vez me lo diste a mí, en plan que no me lo tomase todo tan enserio, que no me rayase tanto por una persona a la que quiero. Te diré una cosa, te daré un consejo: Si no te rayas por una persona a la que quieres... entonces MUERE, porque entonces es que no tienes sentimientos. Así que... también te aconsejo que te vayas a la mierda. Ese lugar está muy cercano a tí. Te voy a decir cuando lo puedes ver: cada mañana, cuando te levantes hacia el baño, mirarás hacia el espejo. Vale. AHÍ está la mierda. Cuando la veas, salúdala de mi parte. Espero que no te vaya nada bien, porque te deseo lo PE-OR. No, de verdad, no te culpo, gracias a tí me he dado cuenta de lo... HORRRRRRRIBLE persona que eres. Espero que esto ayude a las personas que se encuentran mal, tristes, por una persona que no vale la pena. Así que, seres humanos, si queréis olvidar, os voy a dar un consejo de verdad: Querer olvidar a una persona, significa querer recordarla para siempre, así que, pasad a otra cosa, combiad de tema, pasad página, cambiad de capítulo, cambiad de libro, QUEMAD el puñetero libro si hace falta, pero no os paréis ni por nada ni por nadie, porque vais a perder mucho tiempo, y, cuando seáis mayores, os vais a arrependir. Espero que esto os haya servido de ejemplo.

''La vida sigue''.

¿Qué haré? ¿Qué haré ahora que no estarás? Supongo que dejar de ser yo. Dejar de ser yo para ser un alma en pena, una persona sin lágrimas que derramar, debido a su excesivo uso. Una persona que ya no tendrá a esa personita que le dirá: ánimo. Una persona que ya no tendrá a alguien a quien abrazar, a quien contarle algo, a quien saludar. Pero la vida sigue... de nuevo. Y ya me cansa que cada vez que ocurra esto, mi mente me lo recuerde... ''la vida sigue''... ¿qué narices significa eso? ¿que no debo llorar si la vida me apatea? ¿que no debo ponerme mal si la vida me roba algo o alguien? Se supone que significa eso, según me cuentan. Pero, ya no sé qué pensar, qué esperar de la vida, qué hacer, qué decir... Porque no sé nada, ni siquiera sé si mañana me van a atropellar, si mi madre se va a morir, o si se acabará el mundo. Solo sé que me despertaré de la cama. Y después, que ocurra lo que el Universo quiera, pero primero, iré a dormir. Que tengo mucho que soñar.

jueves, 2 de diciembre de 2010

Siempre estarás conmigo, pequeño.

Me dejaste sola. Sin ayuda alguna, en un mundo incoherente, que no tenía sentido sin tí. En un mundo donde faltaba algo. Faltabas tú. Ya no tenía razones por las que empezar un nuevo día fuera algo que celebrar. No. Al contrario. Cada día eran más horas despierta, más horas sin tí, más tiempo desperdiciado. Ya no soñaba con príncipes y principesas, sino con sapos y culebras. ¿Y por qué? Porque ya no tenía a alguien con quien hablar, con quien jugar, con quien reír. Ya no estabas. Tampoco te fuiste en el momento más oportuno. Ocurrieron muchas cosas durante tu ausencia. Todavía siguen ocurriendo cosas. Pero el problema es más simple. No hay una voz inocente en toda esta historia, un ''hermano'' pequeño que me escuche, no hay nadie que me de un abrazo desinteresado y puro, sin buscar nada a cambio, mas que amor. Amor familiar, amor de hermanos. Te fuiste, no volverás, los dos lo sabemos. Sólo espero que cosas que nunca me llegué a creer, como la religión, sean ciertas. Que existe un cielo, con un Dios, y con muchos ángeles que cuiden de tí. Y que me escuches. No siempre, pero sí de vez en cuando, pues me desespera la idea de no tenerte para que escuches lo que te quiero decir. Las cosas que nunca te conté, las cosas que no llegaste a vivir a tiempo. Eso es. Nos falto tiempo.Tú y yo lo sabemos. Ya no es como al principio, ya no apareces en mis sueños. Ya no lloro por la noche, ya no me dices adiós con la mano, mientras te sumerges en el mar, una y otra vez, burlándote de mi sufrimiento. Ya no estarás cuando me case, cuando trabaje, cuando tenga coche. No me podrás acompañar durante mis futuros viajes. Eso sí: siempre estarás conmigo, pequeño.

Te quise. Te amé. Adiós.

No hay mucho que decirte. No. No te odio, como mucha gente piensa. No, no me he olvidado de tí. Sabes que sería imposible, nunca te olvidas de las personas a las que has querido, simplemente... las dejas a parte. No sé que nos pasó, sólo sé que esta historia interminable, que varias veces fracturamos, se ha roto. De finitivamente. Cosas del destino, de la vida, no lo sé. Sólo sé que esto se nos fue de las manos. A mí. A tí. Puede que no te sintieras querido. Lo siento. Soy así, es mi forma de ser, de querer... de amar. Nada de lo que hice fue falso, ni tampoco calló en bano, pues fue todo por impulsos, impulsos oportunos, o inapropiados, dependiendo de la ocasión. Aunque, si me dieran la oportunidad para volver atrás en el tiempo, no dudaría en hacer lo que hice de nuevo. Vale, sí, me arrepiento de ciertas cosas, matices sin importancia, pero, ¿y qué? Si ni tú ni yo vamos a cambiar, ¿no? Tú seguirás igual, igual de egoísta, de egocéntrico, los dos lo sabemos. Pero bueno, será mejor que tú sigas con tu vida, que yo seguiré con la mía, todos falsamente felices, todos... ''bien''. Esto, es un ADIÓS, no un HASTA LUEGO, y eso significa ADIÓS PARA SIEMPRE.
-Te quise. Te amé. Adiós.