Vos audita perit; litera scripta manet.

martes, 29 de marzo de 2011

Algún día, tal vez me arrepienta de escribir estas palabras. Algún día, pero hoy, no.
Pues ya estoy cansada. Cansada de la gente, la gente en general, que no son más que desagradecidos e hipócritas que sólo pretenden elevar su estatus en la sociedad para no quedarse solos y amargados. Solos y amargados. ¿Ese es mi destino? Puede. Pero tendré la seguridad de no haber hecho lo que no quería, de haber intentado siempre hacer las cosas bien, y de responder a todo, bien, o mal, pero a todo.
En un momento de la vida, cualquier persona es falsa, hipócrita, incluso yo alguna vez lo habré sido. La diferencia es, que todos caemos, pero cada uno es independiente en pensar si debe levantarse, o si no. Yo me he levantado, pero tú, o mejor dicho, vosotros seguís retorciéndoos en el suelo.
Aún así, te doy gracias por muchos momentos. Por haberme hecho reír, incluso por haberme ayudado, alguna que otra vez. Aunque, no me compensa. No me compensan las veces que te he tendido la mano, ni las veces que he reído, a las veces que tú intentaste ayudarme. Lo siento.

viernes, 25 de marzo de 2011

Este mundo realmente tiene cosas horribles. Políticos corruptos, leyes injustas, incoherencias entre la sociedad, y discriminación por cualquier tipo de gusto, raza o condición sexual. Hay asesinos, violadores, guerras. Atracos, crisis, demasiadas cosas. Desde luego, en ningún lugar estarás seguro y feliz. Estamos todos locos, y quien no esté loco, es que está realmente loco. Es triste ver como las personas se van de tu lado, ver a un ser querido morir, o cortar relación con alguien a quien quieras, pero que las circunstancias y la situación te obligan a hacerlo. Aún así, este mundo, este gran pequeño mundo tiene cosas... cosas increíbles, cosas que unca cambiaría. Porque en este lugar hay cosas que jamás hemos valorado. Hay personas, con ellas hay sonrisas y también lágrimas. Creo, que, aunque no sea Navidad, ni mi cumpleaños, sé cuál quier que sea mi regalo: ser feliz, y gritarle a la vida, que estoy viva, que sí, que sí que siento, y que también padezco. Me enorgullezco de ello. Pasar malos momentos, y buenos. ¿Cómo sino, podríamos valorar los buenos momentos, si no tenemos los malos? Soy feliz, sólo por poder pensar, hablar, imaginar, amar, extrañar y llorar. Por poder tener sueños. También soy feliz por enfadarme, odiar y maldecir. Pues entonces siento lo que siento, y, ¡significa que vivo! Sólo doy gracias por... sonreír o llorar, cada día. Por tener algo que cada uno de nosotros tenemos y que jamás valoramos; sentimientos. Eso que hace moverse al mundo, ya sea por dinero, por amor hacia una persona, da igual. Con sentimientos llegaremos a donde nos propongamos, da igual si por el buen, o mal camino. Llegaremos, si tenemos sueños y sentimientos. Esas sonrisas, esas lágrimas, esos sueños que me quedan por cumplir, esas cosas tan maravillosas que quiero que sigan viviendo, por siempre jamás. En el recuerdo, en la cabeza de alguien, o en este mismo texto, que cada palabra que escriba, se quede aquí, para toda la vida y así jamás perecer.

Jamás una lágrima se podrá pesar, valorar o darle forma, nadie podrá hacerlo, ni siquiera el mismo propietario de la lágrima. Aunque, el peso más fuerte del mundo es el de una lágrima, un pedacito de alma que quiere irse, para aligerar el peso de su propietario.

¿te crees guay? yo a veces.

¿eres diferente? ¿por qué? ¿por tus gustos? ¿por cómo vistas? ¿o tal vez, por cómo hables, o andes? ¿te crees diferente? en serio, baja de la nube. Todos somos diferentes, así que nadie es especial. Cada uno con una voz diferente, con unos ojos diferentes, acento diferente. Seguramente nuestras creencias sean parecidas, pero nunca serán iguales. Da igual lo que tengas o cuánto tengas, porque entonces yo tendré algo diferente a ti. ¿Por qué tendremos tantas ganas de sentirnos especiales? Quien tiene dinero, quien viste bien, quien es famoso y quien no, quien hable correctamente, quien baile genial, o fatal. ¿Os importa tanto? ¿Estaríais dispuestos a olvidar quiénes sois realmente por esos detalles que en realidad no importan?
Yo me siento especial, pero por pequeñas cosas, pequeñísimas en realidad, pero que son increíbles: mi hermana, mi padre, mi madre, alguna que otra persona, que, es sólo una, pero que es fascinante, y no, no hace falta que lo diga, ni lo demuestre, ya me siento especial, si sé que les tengo a mi lado. No necesito gritar que soy feliz, sólo necesito susurrarles un gracias al oído para sentirme una persona especial. No necesito más, da igual lo que tenga, o lo que no. Si tengo más, pues genial. Pero cosas como el dinero, la fama, la ropa, los gestos, no son comparables como aquello que no se irá tan facilmente como el dinero, algo que no se romperá como la ropa y algo que no se desvanecerá como la fama. Y tendré algo que me hará sentir especial siempre y así, siempre seré inmortal.

Créeme, cuando te miro a los ojos, que no hay nada en el mundo como una lágrima por cada persona amada, por ser el sentimiento más sincero de todo el mundo.
Te escribo una carta. A tí, a una Lidia del pasado. Las cosas jamás serán como pensaste y seguramente tus sueños se romperán en pedazos, y querrás reconstruirlos pedacito a pedacito.
Pero no temas; no todo es malo. Tendrás altibajos en los que a veces te darás por vencida y otras veces te creerás la más fuerte de la tierra. Todavía eres pequeña, y no comprenderás estas palabras. Recuerda que las palabras dañan, así que hazte inmune frente a los insulto gratuitos. No es malo llorar, pero dale importancia a cada lágrima, así que llora sólo cuando no puedas más y gástalas debidamente.
El futuro que tendrás no será un camino de rosas y tendrás que construir con pequeños pétalos el camino que tanto querrás hacer. Pero será un camino largo, duro, y seguramente muchas personas querrán que te retrases para llegar a la meta. Pero no te preocupes, algún día llegarás, así que no tengas prisa. El único consejo que te puedo dar es: aprende en cada instante y aprovéchalo al máximo, porque nadie te devolverá esos segundos, esos minutos de vida que tienes. Así que, princesa, no te culpes de todo lo que hagas, ni de lo que no hagas, agradece estar viva.
Una última cosa, que nunca puedes olvidar. Si te digo todo esto, si te aviso, no es para que evites todo lo que me ha pasado. Es simplemente un aviso. Porque a mí nadie me avisó de que esta vida iba a ser tan difícil, porque de pequeña, parece todo demasiado fácil. Así que sonríe. A veces llora, pero nunca pierdas la esperanza. Porque, a parte de personas malas, este mundo también tiene personas buenas.
Así, que buena suerte, Lidia Marcé.

PD: Lo único que tienes que olvidar, son estas palabras: te odio. Con esas palabras, sólo llegarás a una conclusión; no sirven de nada. En cambio, con las palabras te quiero, aprenderás mucho. Así que sé feliz y vive la vida. Aprende de tus errores y así, jamás, jamás tendrás que arrepentirte de algo, porque todo, TODO, todo lo que te va a pasar en esta vida, todo, merecerá la pena, tanto si lloras, como si ríes.

miércoles, 2 de marzo de 2011

Son los pequeños detalles, los que hacen que todo cambie. Son aquellos, que nos hacen pensar que la vida es maravillosa. O aquellos que nos hacen pensar en lo que estamos haciendo. También son aquellos, que te pueden amargar la existencia. Duran un segundo, un intante que hace que todo sea diferente. A veces, te das cuenta instantaneamente de que ha surgido. Otras, en cambio, no nos damos cuenta del chasquido hasta mucho tiempo después de que ocurra. Dejan huella tras de sí, y sabotean nuestro manera de tratarnos los unos a los otros. Valorar los pequeños detalles hace que crezcamos como personas, dándonos cuenta, así, de lo que ocurre a nuestro alrededor.
Pero, a veces, tales detalles, no son para nada aconsejables. Rompen tu aura. Te dejan hecho polvo, y no levantas cabeza. Sí, sólo a veces.
Tal vez, hoy ha ocurrido algo.