Vos audita perit; litera scripta manet.

jueves, 2 de diciembre de 2010

Siempre estarás conmigo, pequeño.

Me dejaste sola. Sin ayuda alguna, en un mundo incoherente, que no tenía sentido sin tí. En un mundo donde faltaba algo. Faltabas tú. Ya no tenía razones por las que empezar un nuevo día fuera algo que celebrar. No. Al contrario. Cada día eran más horas despierta, más horas sin tí, más tiempo desperdiciado. Ya no soñaba con príncipes y principesas, sino con sapos y culebras. ¿Y por qué? Porque ya no tenía a alguien con quien hablar, con quien jugar, con quien reír. Ya no estabas. Tampoco te fuiste en el momento más oportuno. Ocurrieron muchas cosas durante tu ausencia. Todavía siguen ocurriendo cosas. Pero el problema es más simple. No hay una voz inocente en toda esta historia, un ''hermano'' pequeño que me escuche, no hay nadie que me de un abrazo desinteresado y puro, sin buscar nada a cambio, mas que amor. Amor familiar, amor de hermanos. Te fuiste, no volverás, los dos lo sabemos. Sólo espero que cosas que nunca me llegué a creer, como la religión, sean ciertas. Que existe un cielo, con un Dios, y con muchos ángeles que cuiden de tí. Y que me escuches. No siempre, pero sí de vez en cuando, pues me desespera la idea de no tenerte para que escuches lo que te quiero decir. Las cosas que nunca te conté, las cosas que no llegaste a vivir a tiempo. Eso es. Nos falto tiempo.Tú y yo lo sabemos. Ya no es como al principio, ya no apareces en mis sueños. Ya no lloro por la noche, ya no me dices adiós con la mano, mientras te sumerges en el mar, una y otra vez, burlándote de mi sufrimiento. Ya no estarás cuando me case, cuando trabaje, cuando tenga coche. No me podrás acompañar durante mis futuros viajes. Eso sí: siempre estarás conmigo, pequeño.

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